Al anochecer del aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos. En esto entro Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros!” Y diciendo esto, les enseño las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a vosotros! Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Y dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos”.
Palabra del Señor
Gloria a Ti Señor Jesús