Volviéndose Pedro vió que lo seguía el discípulo a cuál Jesús amaba, el que durante la cena reclinado sobre su pecho y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”. Pedro pues, viendo dijo a Jesús: “¿Señor y este qué?” Jesús le respondió: “Si me place que él se quede hasta mi vuelta, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme”. Y así se propago entre los hermanos el rumor de que este discípulo no iba a morir. Sin embargo, Jesús no le había dicho que él no debía a morir, sino: “Si me place que él se quede hasta mi vuelta, ¿qué te importa a ti?”
Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Jesús hizo también muchas cosas. Si se quisiera ponerlas por escrito una por una, creo que el mundo no bastaría para contener los libros que se podrían escribir.